¡Por fin es lunes viajeros! ¿Qué tal vuestro fin de semana? Nosotros como nuevos y deseando compartir con vosotros los “microrrelatos” de nuestros amigos de Facebook, ahí va el primero:
“....necesitaba descansar, pensar en su presente y en su futuro. En las últimas fechas el trabajo le había consumido y su situación familiar no ayudaba mucho.
No podía dejar pasar ni un día más, necesitaba unas vacaciones y así fue, ni corto ni perezoso, llamó por teléfono a una amiga y ella le organizó un viaje por Egipto, ese Egipto que tanto amaba. La primera y fundamental estación del viaje, no era otra que el Lago Nasser, el lago formado por las aguas acumuladas en la presa que le daba nombre. Veinticuatro horas más tarde ya disfrutaba de un calor que empapaba su piel, una situación que le embriagaba y le hacía sentir un profundo bienestar.
Pasaba las horas disfrutando de la cubierta de ese paisaje monótono aunque no por ello, menos espectacular. Sólo abandonaba el barco para visitar los diferentes templos que iba encontrando en el trayecto. Las noches las pasaba mirando las estrellas, no había visto tantas en su vida, le hacían sentirse unido al antiguo pueblo egipcio, sabía la importancia que éstas tenían para ellos.
Y así, una noche tras otra, pensaba y pensaba mientras admiraba ese fantástico espectáculo, hasta que una noche al subir a cubierta, se encontró con la más llena de las lunas posibles y se tumbo admirándola.... y reflexionó:
He encontrado un MAR DE TRANQUILIDAD en la luna desde un LAGO DE TRANQUILIDAD en la tierra."
“....necesitaba descansar, pensar en su presente y en su futuro. En las últimas fechas el trabajo le había consumido y su situación familiar no ayudaba mucho.
No podía dejar pasar ni un día más, necesitaba unas vacaciones y así fue, ni corto ni perezoso, llamó por teléfono a una amiga y ella le organizó un viaje por Egipto, ese Egipto que tanto amaba. La primera y fundamental estación del viaje, no era otra que el Lago Nasser, el lago formado por las aguas acumuladas en la presa que le daba nombre. Veinticuatro horas más tarde ya disfrutaba de un calor que empapaba su piel, una situación que le embriagaba y le hacía sentir un profundo bienestar.
Pasaba las horas disfrutando de la cubierta de ese paisaje monótono aunque no por ello, menos espectacular. Sólo abandonaba el barco para visitar los diferentes templos que iba encontrando en el trayecto. Las noches las pasaba mirando las estrellas, no había visto tantas en su vida, le hacían sentirse unido al antiguo pueblo egipcio, sabía la importancia que éstas tenían para ellos.
Y así, una noche tras otra, pensaba y pensaba mientras admiraba ese fantástico espectáculo, hasta que una noche al subir a cubierta, se encontró con la más llena de las lunas posibles y se tumbo admirándola.... y reflexionó:
He encontrado un MAR DE TRANQUILIDAD en la luna desde un LAGO DE TRANQUILIDAD en la tierra."
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