Atractiva por su gran historia que vio nacer a Zares, dirigentes, bailarines, astronautas, músicos, escritores, pensadores, deportistas… Considerada una de las capitales culturales del mundo y Capital de todas las Rusias en continuo proceso de modernización que se impone como destino plenamente europeo.
Visitarás el Moscú imperial y eterno, cosmopolita,
moderno y rodeado de jardines que son el pulmón de la ciudad. Hoy en día el
turista se siente libre ante esta gran capital atractiva, zarista, soviética,
capitalista, moscovita y llena de vida.
Moscú es lugar donde se encuentran los mejores
frescos e iconos de Rusia, donde sus edificios te transmiten su pasado glorioso
y por mucho que te digan debes empezar tu andadura por....
La Plaza Roja, el gran kilómetro cero de Moscú y punto de
partida para empezar nuestra visita.
Es el centro neurálgico de la ciudad donde los
moscovitas celebran casi todo, desde las victorias deportivas, desfiles
militares, conciertos de música rock e incluso donde un intrépido joven alemán
aterrizó su avioneta, ante la atónita mirada de todos durante la Guerra Fría.
Era el lugar donde los mercaderes encendían sus
fogatas y vendían sus mercancías a las puertas del Kremlin, que en la
actualidad verás grupos de turistas admirando su grandiosidad y donde descansa
Lenin, momificado, en el Mausoleo.
Por cierto, el nombre de Plaza Roja no es debido a
la etapa comunista ni por el color de las fachadas que la rodean, sino que su
nombre “Krásmaya Plóschad”, significa “Plaza Hermosa”, “Plaza Bonita”.
Hay que plantar los pies en el centro de esta Plaza
y girar 360º sobre los talones para captar todo lo que embellece el entorno.
La Muralla del Kremlin,
fortaleza de los zares que
en su interior se elevan edificios de gobierno, un teatro, varias catedrales y
como curiosidad, un par de cosas consideradas las más grandes del mundo como,
un
cañón (40 toneladas) y
una campana (200 toneladas).
La joya
de esta Plaza Roja es la catedral de San Basilio, construida por Iván el
Terrible para conmemorar la victoria de Kazán y según cuenta una leyenda dejó ciego a su arquitecto para que no
reprodujera tal belleza aunque otra versión confirma que la Catedral fue en realidad construida por arquitectos
italianos invitados por el Zar.
La catedral es una acumulación caprichosa de torres,
cúpulas, formas y colores que dependiendo de la luz solar, es más bella de
admirar. Al caer la tarde la luz se vuelve más suave y su belleza se eleva.
Esta catedral sigue en pie de milagro porque ha
soportado incendios, revoluciones, dos guerras mundiales y el comunismo rígido
de Stalin, quien estuvo de acuerdo con aniquilar los monumentos religiosos e
incluso cuando Napoleón entró en Moscú con sus tropas, la utilizó como establo.
Pero ahí sigue, tan bella.
En la parte este se encuentran los famosos almacenes
Gum, con su espectacular fachada de 242m estructura de acero y su techo de
vidrio que nos recuerda a las imponentes estaciones ferroviarias europeas.
Merece la pena visitarlo por su arquitectura, por las personas que lo frecuentan y por los
miles comercios privados. (Antes estatales).
El Museo Histórico y la Voskresenkiye “Puerta de la Resurrección”,
se encuentran en la parte Norte de la Plaza Roja.
La Puerta, de dos arcos, fue destruida por orden de
Stalin ya que impedía la entrada a la Plaza las tropas y vehículos en los
desfiles militares. En la década de los 90 fue reconstruida.
Cerca del Kremlin, se encuentra la calle Arbat
peatonal, bulliciosa, llena de anticuarios, restaurantes, cafés, tenderetes con
los típicos souvernirs y para que sepas más cosas.... Era el suburbio donde
vivieron el ejército del Zar y más tarde los aristócratas.
Los moscovitas disfrutan de sus inmensos jardines,
que cuentan con un servicio de música a través de la megafonía, en todas las
épocas del año. En invierno patinan en sus lagos helados y en verano se llenan
de picnics para aprovechar el sol y el buen tiempo.
El inmenso parque Gorki, ofrece un mercadillo los
domingos y el famoso Kolómenskoye, el favorito de los zares y con diversos
edificios históricos, sirvió como escenario para la película de James bond “La
Casa Rusia”.
Una leyenda cuenta, que el embarcadero de madera de
estos jardines, fue el lugar elegido por el nieto de Noé para vivir tras el
Diluvio Universal.
Se llamaba Mosoc y su mujer Kva, así que juntos formarían el
nombre de Moskva o Moscú.
El comercio está abierto las 24 horas y los
moscovitas van a todas partes en coche, por eso el tráfico en Moscú es intenso
y caótico, pero nos libramos de él en el centro.
Fíjate porque verás más Mercedes nuevos aquí que
en Alemania.
La bebida oficial, como todos sabemos es el vodka,
pero entre los jóvenes la cerveza es la más popular.
Se reúnen a charlar, tocar
la guitarra en el “Palacio del Pueblo” que si no te lo imaginas, es el Metro de
Moscú, con una extraordinaria decoración.
El Metro lo diseñaron como un conjunto
arquitectónico único, un museo que se exhibe para el pueblo y los turistas,
claro está.
Encuentras estatuas, relieves, pinturas, mosaicos,
vidrieras y para cuya elaboración, se utilizaron más de veinte tipos de mármol.
Merece una visita las estaciones más espectaculares
como Konsomólskaya, Prospekt llena de cerámicas, Novoslobódskaya con espectaculares
vidrieras, Ploschad Revolutsi con esculturas de bronce a tamaño natural.
Tverskaya, es la arteria principal de la ciudad y
donde se encuentra la residencia
de las autoridades de Moscú, el ayuntamiento. El edificio de más de dos siglos es la casa principal
de la capital rusa.
La calle está llena de vida ya que es la
más transitada de la ciudad. Sus boutiques de marcas internacionales,
restaurantes, bares y cómo no, su animada vida nocturna.
Otra parte con encanto moderno es el Moscow
City, entre sus rascacielos de cristal y
metal, destaca el Most Bagration, que es un puente cubierto que cruza el río
con tiendas.
Seguro que si te vienes a Moscú, tus amigos te
encargarán una latita del famoso caviar.
Lo encontrarás de distintos colores y precios,
pero recuerda que barato no es y por si no los sabías…,
el juego más popular de
la historia lo inventó el ruso Alekséi Pázhitnov y el tema musical, que muchos
tenemos aún en la memoria, es de una canción popular llamada Korobéiniki.
¿Te
imaginas de qué juego es?... El Tetris!!
Moscú, llena de atractivos, enigmas, ríos navegables
(puedes ver sus bellezas desde un mini crucero), colores vivos, historias de
espías y abriéndose a un mundo en
continuo crecimiento.
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