Marruecos es un país que siempre nos sorprende. Nos
atrae su cultura y artesanía; los laberínticos zocos impregnados con esa mezcla
de aromas que surgen de la mezcla de hierbas y especies.
Sus campos llenos de colores y pequeñas aldeas
perdidas en caminos aún sin terminar.
Sus gentes amables, serviciales y hospitalarias que
te abren las puertas de sus casas ofreciéndote un buen té a la menta y sus
sonrisas. Es un país que atrae.
Cerca de Meknés, a unos 20 kilómetros, te parecerá
increíble tropezar con una ciudad romana de los siglos II y III a.C. que habita
a los pies del Monte Jbel Zerhun entre pitas y olivos.
Volúbilis merece una visita. La silueta de sus
ruinas apenas encaja con la imagen típica que tenemos de este país.
Fundada por los Cartagineses en el s. III a.C., más
tarde pasó a formar parte del reino de Mauritania y se convirtió en una de las
capitales de Juba II, rey de Mauritania y esposo de Cleopatra Selene (hija de
Cleopatra IV, reina de Egipto).
Volúbilis se convirtió en la principal ciudad del
interior de la provincia y donde residían los procuradores de la provincia. Se construyeron
bellas construcciones.
Producían y vendían aceite, trigo y animales salvajes
destinados a los circos.
Los árabes toman la zona en el 631 y el fundador de
la dinastía Isidrisí, bisnieto de Mahoma Idrís I se asentó en Volúbilis.
A principios de siglo el segundo sultán alauita
Muley Ismail desmanteló todos los edificios emblemáticos para aprovechar sus
materiales en la construcción de los palacios de la nueva capital de Meknés.
Aunque fue el terremoto de 1755 el que dio el golpe
de gracia a esta ciudad.
La carretera que conduce a este lugar es sinuosa,
repleta en sus últimos tramos de vendedores de fósiles, malaquitas y rosas del
desierto.
Sus casas nobles se conservan tal cual.
Hazte con un plano en la entrada para no perderte
ningún detalle, aunque dudo mucho que consigas “escapar” de algunos de los guías
que esperan a la puerta de este increíble yacimiento de 20 hectáreas
considerado como el mejor conservado de todo Marruecos.
Admira el esqueleto de la Basílica Civil con cuatro
hileras de columnas, las Termas de Galiano, el Capitolio, el Foro decorado de
estatuas emperadores y de notables y el
Arco del Triunfo.
También verás las Almazaras, donde se producía el
aceite y la casa de Orfeo decorada con bellos mosaicos.
Las casas de ambos lados esconden auténticas joyas
como mosaicos con el rostro de Apolo y la erótica Venus.
Pero para los guías la pieza más simpática es un
falo de piedra, que entre risas, te invitarán a subir en él para poder hacerte
la foto para tu recuerdo romano en Volúbilis.
En verano se celebra el Festival Internacional de
Volúbilis que es multicultural con música, danza y exposiciones.
Estás ante una ciudad romana en pleno Marruecos.
Es algo
sorprendente.
www.chikvacaciones.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario