Viajamos a la ciudad de los dioses griegos, de la mitología, de los filósofos y pensadores.
La ciudad que nos regala impresionantes construcciones, que a pesar de los siglos, siguen ahí representando la grandeza que el tiempo ha querido conservar para que admiremos su historia pasada.
La capital de Grecia que desordenada, caótica y bulliciosa acoge a miles de turistas que llegan de todas partes del mundo para sentirla y vivirla.
Puede que
al llegar tu idea de Atenas te descoloque dado su gran desorden en sus
edificaciones, que veas una ciudad vieja con casas mal cuidadas, calles sucias
y te preguntes, ¿Dónde está su encanto?...
No tardarás
en sentirlo cuando llegues al barrio de Plaka, pintoresco, bullicioso, lleno de
tiendas, restaurantes, tabernas con música en vivo y azoteas convertidas en
tabernas y salas de cine.
Este barrio te ofrece la increíble visión, desde sus
callejones, de la entrada a La Acrópolis, que es el alma de la Grecia eterna.
La construyeron sobre una colina para estar más seguros de sus enemigos.
El conjunto de La Acrópolis, construido íntegramente en mármol es Patrimonio de la Humanidad. Sube con cuidado sus grandes escalones que resbalan.
En la entrada hay un olivo que dicen fue el primero
que se plantó y representa la paz.
Si visitas La Acrópolis hazlo por la mañana temprano,
la verás mejor y no encontrarás mucha gente aunque su belleza adquiere su
plenitud al atardecer, cuando el sol refleja sus rayos anaranjados en el mármol
de su fachada y columnas dóricas que la convierten en algo espectacular.
El conjunto comprende el Templo de Atenea Niké, el Partenón, el Erecteion, que destaca por su pórtico de las Cariátides o Korais que no son las originales ya que éstas se encuentran dentro del Museo de La Acrópolis.
La Plaza Sintagma es el centro neurálgico de Atenas y lugar
donde se ubica el Parlamento, antiguo Palacio Real.
Delante de este edificio
arde la llama de la tumba del soldado desconocido y dos guardias euzones,
ataviados con uniformes clásicos, realizan cada hora impar el célebre y
esperado cambio de guardia.
Te puedes hacer fotos con ellos cuando están a la espera del
siguiente cambio de guardia, se quedan inmóviles, ni sonríen, ni te miran, ni
parece que respiren pero son de verdad.
La Plaza Monastaraki es un lugar auténtico de la capital, en
la que se encuentran dos iglesias ortodoxas, que si te apetece entrar en ellas,
verás el ritual de persignarse tres veces antes y después de sus rezos.
La
Catedral Ortodoxa de Atenas te impresionará, es donde se unieron en matrimonio
los Reyes de España D. Juan Carlos I y Dª Sofía por el rito ortodoxo.
Siente la verdadera vida diaria de los griegos
visitando el Mercado Central. Recorre la famosa
Plaza Omonia, imprégnate de historia en el Museo Arqueológico Nacional y
si quieres emular a los olímpicos, corre por las pistas del Estadio Olímpico y
muy cerca verás la Puerta de Adriano donde aún quedan en pie algunas de las columnas
del Templo de Zeus.
La colina
más alta de la ciudad es el Monte Licabetos al que puedes acceder subiendo
cientos de escalones o en funicular. Desde lo alto otearás toda Atenas y cómo
se extiende hasta el mar Egeo.
En este
punto que bordea el mar se encuentra el puerto del Pireo, el más importante de
Grecia.
Se divide en tres puertos y siempre aconsejan la parte griega por ser
la más popular y visitada cuando quieres ir a cenar un buen pescado y recorrer
sus bares de copas.
Desde el Pireo parten ferrys que unen la capital con
las numerosas y maravillosas islas del Egeo.
Cerca del
Pireo está el Lago Vougliagmeni. Es un lago de origen volcánico de aguas
minerales.
Si quieres hacer un kit-kat en tu viaje y te apetece rodearte de paz
y tranquilidad en este pequeño cráter lleno de agua azul lo conseguirás.
Lo
malo es que te emociones por las sensaciones de estar bañándote en un “cráter”
y a través de los megáfonos te llamen la atención… No te preocupes que aunque
lo digan en griego… les entenderás.
Este lago
está al borde de la carretera de camino hasta el mágico lugar del Cabo Sounion,
donde quedarás fascinado por la puesta de sol entre las columnas del Templo de
Poseidón al igual que quedó Lord Byron.
El poeta inglés grabó su nombre en una de sus columnas y
dedicó una frase en su obra “Don Juan”…
"Ponedme sobre la escalinata de
mármol,
en Sounion, donde sólo las olas y yo
podremos escuchar el vaivén
de nuestros mutuos murmullos;
allí, como un cisne, dejadme cantar y morir".
Atenas está
en la península de Ática y se une con la península del Peloponeso por una franja
de tierra que separa los mares Egeo y Jónico.
Estos mares están unidos por el Canal
de Corinto por el que cruzan grandes barcos.
Esta parte
de Grecia alberga grandes templos entre los que destaca el dedicado al Dios
Apolo.
Ya que estás
aquí compra las famosas pasas de corinto… son las mejores para la memoria y así
recordarás que tienes que volver.
Platón, Aristóteles, Sócrates, Pericles, Demóstenes, Sófocles, te esperan.
Atenas, la capital de Grecia, recibe ese nombre gracias a la Diosa Atenea.
He estado dos veces en Atenas. La vi vieja, descuidada y me recordó a Marruecos e incluso a España en los años 70, por lo antiguo de sus edificios..
ResponderEliminarAtenas, a parte de esto, me fascinó. Me transmitió su sentir interno que es capaz, como la magia, de engancharte.
:) volveré.