Los amantes de la cultura egipcia, los ricos fondos marinos y los bellos parajes naturales tienen en Sharm el Sheik, a orillas del Mar Rojo, el destino ideal.
Es
famosa por ser el lugar elitista de la península del Sinaí y ha sido el lugar
elegido de varias cumbres internacionales destinadas a promover la paz en el
conflicto israelí-palestino.
Es un
lugar idílico para los amantes del buceo por su gran riqueza de la vida
submarina, sus arrecifes de coral y sus aguas cristalinas.
Puedes
sentir el relax que te ofrecen estas playas vírgenes y también la posibilidad
de visitar el entorno que comprenden joyas increíbles.
El
Parque Nacional Ras Mohamed, es una zona protegida y considerada uno de los
parajes vírgenes del Mar Rojo.
Otra de
las joyas que enriquecen este entorno en
el desierto del Sinaí es el Monte de Moisés, al que podrás subir siguiendo la
senda de los camellos de madrugada.
Es un camino muy transitado y al ser de
noche mejor llevar una linterna si decides hacerla a pie.
Te
aconsejo que esta subida la hagas subido a lomos de un camello, irás más
descansado porque son unos 4 kms, antes
de llegar a la cima ya que inevitablemente tendrás que hacer los últimos 2 kms a
pie por los escalones que encontrarás.
Arriba
en lo alto, casi rozando el cielo y rabiosamente coloreado, verás la mezcla de tonos naranjas, violetas y azules…
te espera un bello amanecer, el que
contempló Moisés al recibir los 10 mandamientos.
A los
pies del Monte de Moisés está el Monasterio de Santa Catalina.
Es el monasterio
habitado más antiguo del mundo, que algunos dicen que fue el primero que se
fundó.
Dentro
verás la biblioteca que tiene la mayor colección religiosa después del
Vaticano, las murallas justinianas, la iglesia, la colección de iconos y
mosaicos más importantes del planeta, las capillas y un la supuesta “zarza
ardiente” desde donde se supone que Dios se dirigió a Moisés durante el Éxodo.
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