Viajamos por la ruta de las tierras rojas o de color ocre del sur de Marruecos. Sus pueblos son fortificaciones que transmiten el encanto de este lugar, de sus gentes amables y el atractivo para muchos, por viajar en el tiempo a ciudades antiguas, ciudades vivas.
Grandes del cine se han impregnado de esta magia que desprenden sus
pueblos, sus casas construidas de paja y adobe se confunden con el entorno con
colores tierra que los hacen únicos y mágicos en el Alto Atlas.
La ruta que te ofrecemos en este viaje lleno de aventuras te hará sentir
el espíritu de los tuaregs, la sonrisa cautivadora de un niño y la mirada de
agradecimiento y amabilidad de sus gentes.
Nuestro periplo empieza por un lugar considerado por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad.
La Kasbah de Ben Haddou, la ciudad más famosa de todas las kasbahs.
Es
una ciudadela fortificada con torres
almedanas, donde sus gentes viven a lo largo del río
Ounila.
Si quieres pasar al otro lado del río, disponen de servicio de burros
para cruzarlo ya que no existe ningún puente, aunque si quieres puedes hacerlo…
remangándote los pantalones porque es poco profundo.
Desde lo alto de la fortaleza podrás admirar una impresionante vista de todo el Valle de Ouarzazate.
Esta localidad, Ouarzazate, es la meca del cine donde se encuentran uno de los estudios de cine más grandes del mundo.
Se la conoce como la Puerta del Desierto y su nombre significa “sin
ruido”.
Se extiende sobre el Valle del río Drâa y es la parte que separa a la
ciudad de Marrakech del desierto.
La Alcazaba de Taourit y el Palacio del Glaoui, son otros de sus atractivos al igual que sus paisajes.
Continuamos nuestro viaje hacia las Gargantas de Todra, cerca de la
ciudad de Tinerghir, que nada más verlas exclamarás “gauuu”!! cuando pases por
el estrecho paso de tan solo10 metros entre las altas paredes de 300 metros de
roca gris que contrastan con todo lo que has visto antes.
Te impresionará estar en pleno verano y sentir el frío de sus piedras y
del río Todra que serpentea hasta lo profundo de las rocas, ya que el sol nunca
llega hasta el final de la garganta.
La ciudad de Tinerghir, es un bellísimo oasis que cuenta con un gran
palmeral y las tradicionales casas de
adobe.
Pasaremos por Erfoud, pueblo tranquilo, sin apenas gentes en sus calles y
rodeados de casas de adobe.
Sus caminos rojizos son la antesala para darte la bienvenida a las
grandes dunas del desierto situadas en Merzouga.
Estás ante la Gran Duna y sentirás que estás inmerso en el desierto.
A los pies de esta duna hay varios “pozos de agua”, que son agujeros cavados
en el suelo, que con un cubo tirado de una cuerda se aprovisionan los
lugareños. Es algo impensable, estar rodeado de tanta arena y que en realidad
exista agua debajo.
No debe extrañarte tanto porque hace 380 millones de años, el Sahara
marroquí era un océano. Incluso en los tenderetes ambulantes de vendedores podrás
comprar fósiles de todos los tamaños.
Dormir entre las dunas del desierto, silencioso y mirando al cielo azul
oscuro lleno de estrellas es sentirte inmerso en la grandeza del universo.
No lo dudes porque verás el amanecer sentado sobre la Gran Duna, es
espectacular.
Contemplarás los reflejos del sol que caen en la arena y las sombras te
invitan a imaginar figuras increíbles.
Puedes subir hasta la cima caminando o en camello que te ofrecerán los
hombres de azul. Sus turbantes, de este color, les cubre la cabeza dejando a la
vista solamente sus expresivos ojos negros. Se les llama “hombres de azul”
porque sus caras se impregnan del tinte de los turbantes por el calor del
desierto.
Las temperaturas son altas durante el día, pero al llegar la noche todo
cambia y hasta pueden alcanzar los 4º.
Son típicas las tormentas de arena en la noche, cuando cambia el viento y
la temperatura, por eso te aconsejo que lleves un pañuelo en la cabeza y cerrar
los ojos.
Se sentaron con nosotros y fue como sentirte invadida por una sensación
irreal, hablar con ellos, riendo, enseñándonos cómo ponernos un turbante y compartiendo un té.
Inesperadamente sacaron sus tambores y empezaron a tocar al ritmo de sus
antepasados. Nos sentimos cautivados por la música bajo un cielo arrebatador
lleno de estrellas.
Fue un momento mágico al que quieres volver y sentir.
Todos los pueblos y ciudades que podrás visitar en nuestra ruta de 4x4
por el Alto Atlas, son mágicos. Te llevarás las sonrisas de los niños, la
amistad de los adultos, miles de fotografías tanto curiosas como bellas y como
siempre digo, el deseo de volver.
En nuestro viaje también visitarás las ciudades de Rizan, considerada la
cuna de la dinastía Alaouita (la realeza marroquí) y Zagora, desde donde podrás dominar todo el
Valle del Drâa, su gran y extenso oasis que es el más rico en la producción de
dátiles.
Un consejo de viajera es que lleves artículos como bolígrafos, lápices de
colores, ropa que ya no te pongas y sobretodo, caramelos para los niños, te lo
agradecerán.
También te pueden servir de trueque en alguna compra, pero siempre con
algo de dinero. Recuerda que el regateo existe y que este viaje te espera.
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