… Marruecos, un país donde aún se trabaja artesanalmente, costureros, marroquinería, madera, tintes naturales con plantas… conservando una parte imprescindible e indivisible de su patrimonio artístico, histórico, social y cultural.
¿Por qué no aprovecháis vuestra estancia en el país para haceros con unas piezas únicas para vuestros amigos o para vosotros mismos? Aquí tenéis algunas ideas:
Cerámica marroquí: típica de Tánger, Fez, Mequinez (Meknés) y Salé. Hecha de barro, normalmente está pintada con algún color que distingue su origen (verde para Mequinez, amarilla para Salé, azúl y blanco para Fez, etc.). Lo que los marroquíes compran más en cerámica de barro es el Tajín (pronunciado Tallín), es un cuenco de terracota que lleva una tapa y sirve para cocinar tradicionalmente a fuego lento sobre carbón. Este recipiente le da nombre al plato típico marroquí del mismo nombre, Tajín.
Artesanía de latón: en Marruecos se usa el latón para fabricar teteras (para preparar el típico té moruno a la hierbabuena) así como una serie de utensilios que acompañan el momento del té (bandejas, cucharas, etc.). El precio de una tetera sencilla no debería superar los 12 euros, aunque dependerá en gran medida del tamaño y de si el objeto ha sido elaborado a mano o industrialmente.
Chilabas, caftanes, babuchas: la vestimenta marroquí es también objeto de artesanía de altísima calidad. Aquí se mezcla seda con otros materiales caros para, a partir de un trabajo manual, sacar como resultado chilabas y caftanes de primera calidad. Algunas prendas (o zapatos, como las babuchas) se hacen de cuero auténtico, pero hay que prestar atención a la calidad para no acabar pagando caro lo que es originalmente barato.
¡Hasta mañana!
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