miércoles, 1 de septiembre de 2010

Y comieron perdices...

¡Buenas tardes Chik Viajeros!

Los calores veraniegos están llegando a su fin y con la “fresca” surgen otros planes, por ejemplo, uno muy romántico… casarse… así que poneros vuestras mejores galas que nos vamos de boda a Marruecos.

A pesar de que el rito se ha simplificado con el paso del tiempo, continua siendo una ceremonia cargada de símbolos y que se celebra durante ¡3 días!

En Marruecos, las bodas están ligadas a la iniciación en la madurez de la novia y para purificarla y protegerla de los yenun o genios, la bañarán en un hamman (baño árabe), decorarán sus manos y pies a base de henna para eliminar ‘el mal de ojo’.

Antiguamente las novias se maquillaban con productos naturales como khol, el ghasul, el suak, el aceite de argana, y entre las fragancias, el almizcle, el agua de rosas, el jazmín, de un tiempo a esta parte, utilizan eye liner y maquillajes compactos.

Otro momento clave y muy simbólico, es la noche de bodas: los amigos del novio ‘raptan’ a la novia y la llevan a casa de los suegros de él. La chica es recibida con todos los agasajos posibles mientras el novio lee el Corán y besa en la frente a su amada, luego se introduce la leche y el dátil como elementos igualmente purificadores y de buena suerte, que serán comidos y bebidos por los contrayentes, un manojo de llaves y pan, representando el nuevo hogar.

Después, tres días de celebraciones y fiestas sucesivas en cada casa, familia del novio y de la novia, amigos y conocidos, que dejan sus puertas abiertas como signo de hospitalidad. Todos quieren participar de este acontecimiento, en el que no faltan los tradicionales pasteles marroquíes que se sirven en tayins, (todos comen de la misma fuente), como representación de la unidad familiar.

¡Viva los novios!

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