Cork
tiene el encanto Irlandés por todos sus poros. La gente es amable y
muy parecida a la española. Si tienes un amigo irlandés, tienes un
tesoro.
Vivir
en Cork significa estar bien contigo mismo y si tienes la oportunidad
de visitarla, nada más llegar a esta ciudad, la segunda en
importancia en Irlanda, te sentirás como en casa.
La
ciudad de Cork se construyó sobre el mar y para pasear por sus
calles deberás cruzar muchos puentes.
Está
abierta al mar de Irlanda y tiene el puerto natural más importante
de Europa. El río Lee las separa en tres partes.
En
la parte central se concentra el casco más antiguo y el que guarda
el centro histórico.
Es
una ciudad rica en cultura y son famosos sus festivales de jazz, las
regatas en el río Lee y los festivales de cine y poesía. Fue
elegida Capital de la Cultura Europea en 2005.
St.
Patrick´s Street que en un principio fue un canal, es ahora la calle
más importante. Muy cerca se encuentra el mercado de frutas,
verduras, de carnes y pescados frescos que sigue funcionando desde
1610.
Coincidiendo
con una visita el año pasado de la Reina Isabel II de Inglaterra, se
acercó al mercado e hizo unas compras otorgándolo de “magnífico
por sus frescas viandas”.
La
calle más animada del barrio es Paul Street, llena de tiendas de
moda, comercios, pubs, restaurantes y espectáculos al aire libre,
cuando lo permite el buen tiempo. Aquí se encuentra St. Peter and
Paul´s, la Iglesia más antigua de Cork.
St.
Mary´s Dominican Church, popularmente conocida como La Catedral del
Norte, se encuentra en el barrio de Shandon y la supera en altura la
aguja de la iglesia St.Annes Shandon, que tiene un salmón en la
punta.
El reloj de la torre de esta iglesia, es conocido como el
“Mentiroso de las Cuatro Caras” porque cada una de las cuatro
esferas muestra una hora diferente, aunque uno de los relojes tiene
la hora correcta.
Lo malo es que si vas sin reloj... no te fíes
mucho.
Si subes a la torre podrás tocar las campanas.
La
Catedral St. Finbarr´s está dedicada al fundador de la ciudad. Su
arquitecto, donó un ángel de cobre y papel de oro que se encuentra
en el pináculo del santuario y cuentan que si algún día cae el
ángel del tejado, significará el fin del mundo.
Todo
en Cork se visita, el museo, la ópera, el edificio del ayuntamiento,
la comisaría, que es una antigua fortaleza que antaño fue una
prisión, los edificios de la universidad y la
cerveza
negra Beamish, una de las más antiguas del país.
Museos
curiosos hay en todas partes pero Cork cuenta con el Museo de la
Radio y el Museo de la Mantequilla, que era uno de los productos
alimenticios que más exportaban al resto del mundo.
Prueba
los dulces más típicos de esta ciudad irlandesa. Uno de ellos el
“Tea Brack” está hecho con té y frutas y el “Chester Cake”
que es el más popular.
Antes
de dejar esta ciudad visita el Castillo de Blarney, a 10km de la
ciudad.
Uno
de sus grandes atractivos es “La Piedra de Blarney” que está en
lo alto de la torre.
Debes
tumbarte mirando hacia el cielo. Tu cabeza debe tocar la piedra que
deberás besar arqueando el cuello y casi el cuerpo entero y recuerda
que tienen que agarrarte para mantener el equilibrio y no caer desde
lo alto. Se que suena raro, pero así es como conseguirás el valioso
poder que te otorga esta piedra.
Desde
que llegas a esta ciudad no ves el momento de volver.
¡Cork!...
Te gustará.
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