La
capital del sur de Italia se sitúa a los pies del monte Vesubio y
cerca de la ciudad de Pompeya.
Forma
un golfo en el mar Tirreo que a su vez, pertenece al mar
Mediterráneo.
Este
enclave la convierten en una ciudad romántica.
“Vedi
Napoli e muori”, “Mira Nápoles y muere”, es el dicho por
excelencia que describe la pasión local por esta ciudad que tiene
una gran riqueza artística ligada con la Historia de España que
dejó su huella en la ciudad de manos del reino borbónico de las Dos
Sicilias.
Esta
urbe es ruidosa y desordenada, pero resulta fascinante y más por su
subsuelo que se sumerge a 40 metros de profundidad para rastrear su
pasado de 2.400 años en una ciudad subterránea que se conserva en
el tiempo.
Está
declarada Patrimonio de la Humanidad por la gran riqueza de su
historia, monumentos, fastuosas iglesias, cultura y gastronomía.
Aquí
nació la pizza y la conocida como “Margarita” en honor a la
reina Margarita de Saboya.
Su
calles, plazas, mercados y restaurantes te ofrecen las delicias de su famosa
gastronomía y sentirás una vida cotidiana muy activa donde la calle
es el mejor de los escenarios para vivirla.
El
tráfico urbano resulta caótico y bullicioso. Para moverse sin
problemas existe una rápida y limpia red de metro.
Algo
curioso de Nápoles son los colores de los semáforos que significan
lo contrario al resto del mundo: amarillo y rojo es para “pasar”
y el verde “parar” (pon atención a los colores al cruzar).
El
patrón de la ciudad es San Genaro y es visita obligada a la Catedral
que conserva la sangre del patrón en una ampolla que se licua dos
veces al año en medio del fervor colectivo.
En
un recipiente de cristal con una masa sólida de color oscuro se
coloca delante de "la
cabeza de San Genaro"
que reposa en una urna y que en una hora, se transforma
milagrosamente en líquido rojizo ante la vista de los visitantes.
Hay
varios museos en la ciudad napolitana. En el Museo Arqueológico
Nacional puede verse una colección de arte erótico de Pompeya, no
te lo pierdas que es bastante curioso.
Una
parada obligada a todo el que visita esta ciudad es a uno
de esos hermosos cafés de la vieja Europa donde se reunían los
poetas, los intelectuales y los políticos locales a criticar al
gobierno o escribir una novela como Oscar Wilde. Es
el Café Gambrinus, el más famoso de Nápoles junto a la hermosa
Plaza del Plebisticio.
Uno
de los símbolos napolitanos es la máscara del famoso Pulcinella que
representa el genio, el talento, la astucia y el ingenio de los
napolitanos desde el siglo XVII.
Las
marionetas de Pulcinella, los belenes de artesanos y la cerámica de
Capodimonte son las compras típicas, junto con sus cuernos y
amuletos de la buena suerte de la Nápoles que mira al mar.
Te
irás recordando volver a esta reina del sur.
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