Está ubicado entre Bolivia y Perú y era sagrado para
los incas.
Es el lago navegable más alto del mundo y el más
grande de Suramérica con 3.818 metros
sobre el nivel del mar.
La leyenda dice que se formó con las lágrimas del
dios Sol que lloró hasta ahogar a unos pumas que habían devorado a unos
indígenas insurrectos.
El agua del lago es cristalina y existen 36 islas,
todas ellas impactantes, de aspecto virgen con historias milenarias.
Si buscamos el origen de la civilización inca
tenemos que visitar unas cuantas de sus islas.
En la isla del Sol o isla Titicaca, puedes encontrar
ruinas que todavía sobreviven de cuando los incas poblaban esta tierra. Su
nombre significa “puma de piedra”.
Aquí se erigía un santuario con un templo dedicado
al sol y desde la Roca Sagrada, salieron Maco Capac, el primer gobernador y
fundador de la cultura inca y Mama Ocllo, hermanos y esposos, a conquistar
Cuzco.
La isla de la luna, al igual que la del Sol, se la
considera también el origen de la civilización inca y por ello también es
sagrada. En esta isla se encuentran las ruinas de Inac Uyu, destinadas al culto
de la luna y donde las vírgenes aprendían los oficios de las mujeres y podían
llegar a ser las esposas secundarias del Inca.
Otra de las islas, Kalahuta, es famosa por sus
tumbas de piedra y en la isla de los Incas, según dice la leyenda, cuenta con
un pasadizo subterráneo que la comunica con la antigua capital de la
civilización inca, el Cuzco.
La isla de Copacabana, está casi dentro del lago. Es
la ciudad principal del lago. En ella puedes visitar la catedral blanca de
estilo hispanoárabe, donde se encuentra la venerada Virgen de Copacabana y el
Cerro del Calvario, que es el sendero de Vía Crucis al que acuden los devotos
para hacer promesas y pedir favores.
Desde la cima de esta isla, la vista del lago es
espectacular.
En el mes de agosto es de obligación asistir a la
Feria de la Virgen de la Candelaria.
Cerca del lago Titicaca está el Parque Ulla Ulla,
Reserva Nacional y Área protegida. Aquí viven en libertad, llamas, alpacas,
guanacos, vicuñas y un sinfín de aves. La pesca deportiva y el senderismo es un
reclamo para los bolivianos y sobretodo sus aguas termales.
Suriqui también es una de las islas importantes de
este gran lago boliviano porque sus habitantes son los constructores de las
balsas de totora con técnicas tradicionales.
Se cree que los primeros
pobladores de esta zona llegaron hasta aquí en ese tipo de transporte, construido
con esa especie de junco y a vela.
El aventurero español Kitín Muñoz, cruzó el Pacífico
en una totora construida aquí mismo. Fue una gran proeza.
Si visitas el lago podrás pasear como lo hacían los
incas, subido a estas balsas de totora. Podrás contemplar el lago en su
auténtica esencia contemplando la Cordillera Real con su cima nevada.
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