domingo, 18 de enero de 2015

Jericó, la ciudad más antigua del mundo (Cisjordania)



Esta semana visitamos la ciudad más antigua del mundo.

Jericó representa una puerta única hacia el pasado de la humanidad para arqueólogos, historiadores y turistas.


Esta ciudad cumple 10 mil 130 años. Considerada la urbe más antigua del planeta, sigue manteniéndose en pie a pesar del paso del tiempo.


Asentada en el desértico valle del río Jordán en Cisjordania. Su riqueza arqueología es Patrimonio Cultural Histórico protegido por la UNESCO.



 La llaman la Ciudad de la Luna, del Perfume y las Fragancias o la Ciudad de las Palmeras y el historiador romano Josefo la describió como “el paraíso de Dios en la Tierra”. 



También la conocemos por ser mencionada en varios libros bíblicos de texto.


Lo que si es cierto es que es la tercera población más visitada de Tierra Santa y acoge a más de un millón de turistas al año que peregrinan tras los pasos de Jesucristo y el lugar donde bautizaban en el río Jordán.




Entre sus ruinas importantes destacamos las de Tel El Sultan, las ruinas de la antigua Jericó que según el historiador y arqueólogo palestino Hamdan Taha, “dan fe del primer asentamiento humano organizado en el mundo y del primer sistema de fortificación humana superando en 4.000 años a.C. a las pirámides de Egipto.



PALACIO DE HISHAM

"El lugar donde el agua brota de la tierra", conocido como Qsar Hisham.



Planta ilustrativa de las ruinas de Kh al-Mafjar.


Aquí se encuentran la Mezquita grande y pequeña. 


El palacio del califa tenía el propio palacio, la casa de los baños, la mezquita, una fuente con jardines y las termas. Sus mosaicos y decoraciones son laboriosas.
Fue construido por Hisham califa de Damasco del 724 al 743 y terminado por su hijo al-Walid.







En el Monte de la Tentación se encuentra el Monasterio cristiano ortodoxo del mismo nombre que tiene gran atractivo turístico y al que se sube en teleférico y te ofrece una panorámica de la ciudad y alrededores.




Es el Monasterio más antiguo construido donde Jesús pasó cuarenta días en ayuno y meditando.






A parte de su riqueza arqueológica, admiramos a esta ciudad porque ya en el tercer siglo antes de Cristo, esta ciudad contaba con un desarrollado sistema de irrigación agrícola, con canales y acueductos. 



Pero en todos estos miles de años parece que la ciudad se quedó estática porque cuando la visitas, entras el mundo antiguo con sus viejas casas de adobe a medio construir y calles polvorientas sin aceras.
















Sabemos por la Biblia que cuando Yahvé concedió la tierra prometida a las “tribus de Israel”, ésta ya estaba habitada y hubo enfrentamientos con los moradores originales mediante guerras.

Jericó fue la primera ciudad que encontraron. Rica y protegida por grandes murallas que cayeron milagrosamente cuando por indicación divina se tocaron las trompetas.


Sigue siendo un  misterio el derrumbe de estas murallas que pudo ser por grietas internas o por un pequeño seísmo en el momento del sonido de las trompetas.


Si piensas en “La Rosa de Jericó”, te diré que no tiene nada que ver con esta ciudad, a la que si la llevaron los visitantes en los primeros siglos de la Edad Media.


Dicen de esta forma de helecho que absorbe y se alimenta de todo tipo de energías del lugar donde se encuentra, especialmente de las negativas, las trasforma en positivas.

Tiene la propiedad de bendecir y proteger casas y atraer la suerte, el dinero y la fortuna a los negocios.
¡Tendremos que hacernos con una!


Mezquita de Jericó.

www.chikvacaciones.com

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