Visitamos la ciudad santa de Moulay Idris, el padre
del fundador de la ciudad de Fez y donde se encuentra el santuario del fundador
de la dinastía de los Idrissides y nieto del profeta Mahoma.
Es pequeña, tranquila y pintoresca. Sus casas
blancas se mezclan entre los olivos.
Entre
las colinas donde se encuentra a los pies del Monte Zerhoun; a 5 kilómetros de la ciudad romana de Volúbilis
y a 25 kilómetros de Meknés.
Desde lejos, es curiosa la visión de esta ciudad que
se asemeja a la silueta de un camello.
Venir a Moulay Idris provoca una gran devoción y
acudir cinco veces en peregrinación a la tumba donde yace Moulay Idris,
equivale a una visita a La Meca.
Los dos monumentos que destacan en esta ciudad son el
mausoleo en el que está enterrado y el alminar redondo de la mezquita que es el
único que tiene esta forma en todo Marruecos.
Disfruta de las tiendas del zoco y del mercado. Los
sábados es su día grande, al que acuden los campesinos a ofrecer sus verduras y
hortalizas. Puedes comprar artesanía, fósiles, rosas del desierto, rosarios
islámicos de cuentas, las típicas telas con bordados rojo y azul.
El Mousem de los meses de agosto y septiembre es el
más importante del país y atrae a miles de fieles.
Acampan alrededor de la
ciudad con tiendas y alternan con cantos y danzas. Celebran carreras de
caballos y las famosas corridas de pólvora que dan más vida a esta ciudad.
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