miércoles, 18 de marzo de 2015

San Miguel, la Isla Verde de las Azores (Portugal)




Las Islas Azores son un capricho de la naturaleza en medio del océano Atlántico.
Es una mezcla de colores; el verde de la montaña, el azul de las flores y los ocres del volcán. Es un buen lugar para avistar ballenas y sentir su tranquilidad.




La Isla San Miguel, la isla verde, es la más grande de este archipiélago con 16 kilómetros de ancho y 65 de largo. Está repleta de bosques, lagos y la mayor parte del territorio está formada por tres volcanes.




En esta isla se respira tranquilidad en sus ciudades y pueblos de pescadores. Está considerado como el mejor lugar del mundo para observar a las ballenas. Entre ellas el cachalote, ballena azul, delfines, tortugas...










Uno de los grandes atractivos de esta isla es admirar los paisajes más bellos creados por la naturaleza. 


Desde sus numerosos miradores podrás ver los tres volcanes, que en el cráter de cada uno de ellos, se ha formado una laguna de color verde intenso.
Sete Cidades, Fogo y Furnas.



El Lago de Fuego (Fogo) recibe este nombre porque en su última erupción destruyó la capital de la isla en el siglo XVI.

Desde el mirador tendrás una visión de los pequeños pueblos que se mezclan con el paisaje verde en un entorno natural repleto de pequeños cráteres de color verde intenso.



Bajando la montaña está
Caldeira Velha verás varias pozas con agua y lodo hirvientes.

Por un sendero rodeado de helechos gigantes llegarás a una piscina natural que construyeron con piedras y se llena de la cascada de agua caliente que cae desde 3 metros.



La temperatura es de 37º permanente y podrás darte un baño en sus aguas sulfurosas y termales sino te importa mucho el olor del azufre.



Al amanecer y cuando llega el crepúsculo la niebla protagoniza un estado de misterio en toda la isla, bajando la bruma desde los cráteres.



El cráter de Sete Cidades es el principal punto de interés en la isla, rodeado por el camino de subida por hortensias que cuando llega el tiempo, las cortan y secan para venderlas como objeto decorativo.


Se encuentra a 550 metros de altitud y protegido por bosques y setos de flores se encuentran el Lago Azul y el lago Verde en el fondo de este cráter.



Llamados así porque se formaron, según cuenta la leyenda, con las lágrimas derramadas por dos enamorados. Una princesa de ojos azules y un pastor de ojos verdes a los que les prohibieron enamorarse.

Aunque pudo ser la erupción del volcán que sepultó las siete ciudades que se encontraban en este lugar.









La capital es Ponta Delgada. Una ciudad muy animada, sobre todo al caer la noche. La avenida que está justo al lado del puerto se llena de terrazas y música.


Su casco antiguo es muy pintoresco. Las calles adoquinadas con piedras volcánicas y el arte urbano lo verás en fachadas y casas abandonadas. 






Frente al muelle están las Portas de Cidade, unos arcos del siglo XVIII.


Al final del paseo marítimo se encuentra el Fuerte de Sao Brás, que sirvió de defensa a la ciudad por los ataques de los piratas.













Frente al fuerte está el Monumento al Emigrante, como homenaje a todos aquellos que abandonaron la isla hacia el nuevo mundo en el siglo XIX.



El Valle de Furnas tiene un característico olor a sulfuro. Las aguas de su lago están en una continua ebullición, las fumarolas y las aguas termales donde también podrás darte un baño. Los lugareños utilizan sus aguas calientes para cocinar.


San Miguel es el único lugar de Europa donde producen té y también es un gran productor de piña, que es una base imprescindible en la gastronomía azoreña.





Este es un buen lugar para descansar, vivir entre la naturaleza de sus bosques y plantas exóticas que crecen por todo el territorio gracias a su clima tropical.




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