Turín (Italia)

Es la capital del Piamonte que significa “a los pies de los Alpes”.

Es una región de vinos y arrozales, de preciosos lagos alpinos y de la carísima y deseada por muchos, trufa blanca.

Se ubica al norte de Italia y es muy conocida por guardar la Sábana Santa en su Catedral.

Turín es una ciudad que nos regala la belleza acumulada en varios palacios, tiene una divertida vida nocturna a orillas del río Po y en una tienda de hierbas nació el Martini. Turín es una caja de sorpresas.

Los duques y reyes de la dinastía Saboya invitaron a los mejores arquitectos del siglo XVIII para que transformaran esta capital en una de las ciudades más hermosas de Europa.

La colección de palacios que se erigen en esta ciudad ha sido declarada Patrimonio de la humanidad.

Personajes tan importantes como Nostradamus, Alejandro Dumas, Puccini y Umberto Eco, quien se inspiró en esta ciudad para escribir “El nombre de la rosa”, vivieron en esta ciudad, pasearon por sus calles y visitaron sus innumerables cafés históricos de las calles del centro.

Entre todos los palacios que te encontrarás en esta ciudad, te recomiendo visitar el Castello di Rivoli que guarda en su interior un gran museo de arte contemporáneo.

Uno de los arquitectos que ayudaron en la construcción de los palacios, concretamente el Palacio Madama Reale (Residencia de la Casa Real de los Saboya) fue Juvara, que también diseñó el Palacio Real de Madrid.

Pasear por las calles de Turín es como hacerlo por un museo por la riqueza de sus edificios. Si quieres tener una buena vista panorámica sube hasta el Monte dei Capuccini y verás la ciudad abrazada a los Alpes nevados.

Desde el mirador podrás ver la Basílica de Superga que parece vigilar la ciudad y al actual símbolo de Turín, La Mole Antoneliana, una de las grandes atracciones de la ciudad.

La construcción de la Mole duró 26 años y hoy en día es el edificio de ladrillos más alto de Europa. Dentro podrás visitar el Museo Nacional de Cine y podrás subir en el ascensor panorámico de cristal hasta lo más alto. Dicen que los estudiantes universitarios no pueden subir a la Mole hasta que no finalicen sus estudios. De hacerlo antes… nunca lograrían acabarlos.

En la Plaza de la Consolata parece no haber pasado el tiempo. Aquí verás el Santuario de María Consolatrice, una de las iglesias preferidas para los turineses con un interior sorprendente.

El famoso e histórico café Al Bicerin se encuentra enfrente. Visitado por Alejandro Dumas, podrás pedir la especialidad de este sitio. Una mezcla de café espresso, chocolate casero y nata fresca.

Muchos palacios, muchos museos, muchas iglesias regalan arte cuando paseas por sus calles.

Si visitas la Catedral, Il Duomo, no te desilusiones por no ver el auténtico sudario de Cristo. Lo tienen custodiado en otro lugar.

Turín es una ciudad de compras y muchas marcas conocidas nacieron aquí, como Olivetti, Martini, Nutella, Ferrero Rocher y la marca de coches Fiat que durante muchos años fue el símbolo de la industria italiana.

Turín fue la primera capital de la Italia moderna, un lugar lleno de historia, leyendas y tradiciones.

Dicen que es la ciudad donde se concentra el mayor número de exorcistas del mundo y está considerada una de las capitales mundiales del esoterismo y de la magia.

No te puedes despedir de esta ciudad sin visitar la Fábrica de Fiat. Solo ver el edificio vale la pena. Lo primero es subir hasta lo más alto, donde aún se conserva la pista en la que se probaban los coches. Aquí se encuentra el Museo Nacional del Automovil.

Esta ciudad está llena de arquitectura neoclásica y vanguardista. Tiene una gran colección de Egipto en su museo.

Puedes navegar por el río Po y pasa alguna noche por el típico barrio del Quadrilátero Romano, donde se concentra toda la vida nocturna y lugar que albergó el antiguo Foro romano. 

Aquí se encuentra el Palazzo Civico (Ayuntamiento) del siglo XVII.

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