Skíatos (Grecia)

Esta isla pertenece al grupo de las Espóradas. Visitarla es encontrarte con la pureza en estado puro por su belleza y atractivo. Es hermosa y rebosa de vegetación.

Aquí nació una de las figuras más importantes de la literatura griega, Alexandros Papadiamántis cuya casa se puede visitar.

La ciudad tiene unas laberínticas calles empedradas que trepan por la colina hasta lo alto de su cima. 

 

Sus casas blancas destacan con ventanas y balcones de color azul y tejados rojos, sus patios abiertos a las calles, siempre están llenos de flores. Lo que aumenta su encanto.

 

Tiene 44 kilómetros de costa  en la que puedes visitar sus increíbles playas. Puedes hacerlo en autobús pero seguro que terminas alquilando una motocicleta porque es la mejor forma de visitar sus playas y explorar los recovecos y rincones curiosos. 

No te preocupes por si te pierdes porque esta isla solo tiene una carretera y no creo que eso ocurra. 

Si quieres visitar el único convento en el que todavía habitan monjes sube a la cima donde se ubica el Evangelistrias. Está rodeado de pinos y la vista es espectacular.

 

Otro de los lugares más bonitos y donde las panorámicas son espléndidas es Burtsi, donde se encuentra un bello castillo del siglo XIII.

Los habitantes de Skíatos presumen de tener la playa más bella de Grecia y la más concurrida. Koukounariés. 

Es una cala recóndita con la que soñabas y tendrás que hacer un esfuerzo y caminar unos metros. Merece la pena.

Si eres más atrevido visita la Playa Banana, que es nudista y si te gusta la soledad y las dunas de arena acércate a Mandrakis y Gournes.

 

Otra de sus playas más bellas es la de Lalaria con sus famosas cuevas azules.

Algunas de estas playas fueron escenario para la famosa película Mamma Mía.

Por la isla abundan tabernas y restaurantes familiares en los que no tienes que dejar de probar un buen pescado.

Aunque el mejor sitio aconsejado es en la lonja que está en el puerto pesquero de la ciudad. 

No puedes irte de esta isla sin visitar un lugar curioso donde acuden muchos “atrevidos” con sus cámaras para fotografiar la cercanía de los aviones al aterrizar. Acércate al aeropuerto y sométete a la prueba de este reto. Soportar los remolinos y la fuerza del viento que provocan las turbinas de los aviones.

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