domingo, 29 de mayo de 2016

Dresde, mezcla historia y belleza. Alemania.




Viajamos al Este de Alemania. Al lugar donde la historia transformó las riquezas de esta ciudad en escombros. Pero que tras los bombardeos e incendios que sufrió, ha resurgido de sus cenizas para ser la ciudad preciosa que es y a la que conocemos como la Florencia del Elba.



Dresden o Dresde es la capital de Sajonia y está llena de historia.




Fundada en 1173 y tras la Guerra de los Treinta Años, alcanzó su época de mayor esplendor en 1694 con Federico Augusto I “El Fuerte” por sus maravillosos edificios e impresionantes obras barrocas que dan fama a esta ciudad en toda Alemania.



El Elba es el río que la atraviesa y la divide en dos partes. El Casco Antiguo “Altstadt” y la Ciudad Nueva “Neustadt”.



La mayoría de los edificios históricos se encuentran en la Ciudad Vieja y aunque puedes pasear por sus calles a pie, lo puedes hacer subido a un coche de caballos al estilo antiguo.





Si quieres tener una primera imagen de Dresden debes subir por unas enormes escalinatas al magnífico balcón sobre el Elba. Es la Terraza de Brühl, “Brühlsche Terrasse.




La Iglesia de Nuestra Señora, “Frauenkirche”, es el monumento más conocido. 



Es una iglesia luterana de estilo barroco reconstruida como símbolo de reconciliación. 




Te llaman la atención su enorme cúpula que tiene un observatorio y en su interior es de un blanco luminoso con un fastuoso órgano.





El Palacio Real y antigua residencia de los Reyes es uno de los edificios más importantes. En su interior está la famosa Bóveda Verde con los maravillosos tesoros de la Casa Wettin y el Museo de Arte moderno.





Cerca del Palacio está una de las atracciones más visitadas del centro histórico es el "Mosaico del Desfile de los Príncipes"


El más grande del mundo y milagrosamente quedó casi intacto tras los bombardeos. Sus 24.000 azulejos y 101 metros de largo representan la historia de la Casa de Wettin que obtuvo la dignidad Electoral convirtiéndose Sajonia en uno de los Estados protestantes más importantes del Sacro Imperio Romano Germánico.



La Catedral de la Santísima Trinidad, de culto católico, es de estilo barroco y de imponentes dimensiones. Destacan los adornos de las balaustradas exteriores y por ser el panteón de los antiguos Reyes.


Otras iglesias que no debes dejar de ver es la barroca Kreuzkirche, famosa por sus conciertos de coro. Y la nueva Sinagoga judía de la ciudad que fue destruida durante la Noche de los Cristales Rotos.


En el fascinante edificio de la Semper Opera House, la más famosa de Alemania y reconocida en Europa, se estrenaron obras de Wagner y Strauss.


Antes de cruzar el puente  Augustusbrücke hacia la Ciudad Nueva, también reconstruido tras la guerra, debemos visitar el antiguo palacio barroco Zwinger que encierra importantes museos y sus balcones y jardines merecen una visita.
Aquí podrás admirar obras de Rafael, Tiziano, Rembrandt, Durero, El Greco, Velázquez, entre otros.


En Dresde se mezcla la historia pasada, el arte, la música y el presente que nos regala su belleza.


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